miércoles, 4 de julio de 2012

CUENTO BREVE

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ENUNCIADOS PARA CONSTRUIR PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA


1.       El título del texto sugiere que…es…como…porque

2.       Luego de leer el texto se puede concluir que

3.       De la expresión”____” la palabra… no lleva tilde porque

4.       De la expresión “____” sólo es posible afirmar que la persona a quien se dirige… es un

5.       En el mismo fragmento de la pregunta anterior. (Personaje del texto) expresa sus opiniones acerca de la

6.       En la expresión “ fragmento que hace énfasis en una palabra subrayada” la preposición subrayada indica que

7.       En la expresión “fragmento que hace énfasis en una palabra subrayada” la palabra subrayada corresponde a (Opciones de respuesta sobre figuras literarias y su respectivo porque…)

8.       En el primer párrafo, las principales características de (personaje del fragmento) tienen que ver con su

9.       De las características dadas a (personaje del texto) en el primer párrafo, se puede deducir que … porque

10.   Las reacciones que provocó (acción de uno de los personajes ) fueron

11.   Acerca del narrador y la posición que asume frente a lo narrado, podemos precisar que

12.   En el fragmento anterior, el prodigio narrado, responde a un contexto

13.   En el texto anterior, la forma como es narrada la … corresponde a una visión( opciones de respuesta con sus respectivos porque: idealista, mágica, objetiva, fantástica)

14.   El fragmento identifica tres momentos que corresponden respectivamente a

15.   En el texto se usa la palabra “lengua” para referirse

16.   En la expresión:”fragmento del texto”, la palabra subrayada funciona como

17.   Según la comparación establecida en el texto,…simboliza

18.   El autor expresa sus ideas con

19.   Del uso del artículo un se puede inferir que

20.   Además de la mención de(lugar) se puede ubicar espacialmente el relato a través de

21.   Los personajes del anterior relato son

22.   El autor está escrito en estilo directo porque

23.   Una interpretación posible del relato es

24.   En la primera oración, la preposición para podría ser reemplazada por

25.   El texto anterior intenta señalar que la historia podría considerarse

26.   Con el texto:”Título”, (Nombre del autor) busca establecer

27.   Las dos historias que refieren el texto involucran

28.   Cuando en el texto se comenta que “_________” se esta refiriendo a

29.   En el texto se anrra esencialmente

30.   La expresión “________” la podemos reemplazar en el texto, sin que esta pierda el sentido por:

31.   El texto anterior se caracteriza porque el autor

32.   Con la lectura del texto anterior nos podemos hacer una idea de

33.   En el verso 2, la expresión: “_________”se refiere al hecho de

34.   Literalmente podemos comparar el texto 1 con el texto 2 porque en ambos predomina

35.   El poeta utiliza una figura literaria en donde predomina la exageración cuando expresa

36.   En el poema el autor expresa esencialemtente un sentimiento de

37.   Los hechos que se narran en el cuento ocurren especialmente en territorio

38.   En el cuento anterior predomina un sentimiento de

39.   Respecto al texto anterior predomina la escuela literaria

40.   Respecto al texto podemos afirmar que el autor tiene la intención de hacernos reflexionar sobre

41.   Según el texto el personaje que cuenta la historia es

42.   En e texto el autor compara

43.   En las escenas presentadas predomina esencialmente la

44.   Con el cuento el autor pretende (posibles respuestas       A. IRONIZAR       B. DenunciasC. Señalar D. Descalificar




martes, 3 de julio de 2012

IMAGINA UNA MUJER



Imagina a una mujer que cree que es justo y bueno ser mujer.
Una mujer que honra su experiencia y cuenta sus historias.
Que rehúsa cargar con los pecados de los demás en su cuerpo y en su vida.

Imagina a una mujer que confía en sí misma y se respeta.
Una mujer que escucha sus necesidades y deseos.
Que los satisface con ternura y gracia.

Imagina a una mujer que ha reconocido la influencia del pasado en el presente.
A una mujer que ha caminado a través de su pasado.
Que se ha sanado en el presente.

Imagina a una mujer que es la autora de su propia vida.
A una mujer que se esfuerza, toma la iniciativa y actúa en nombre propio.
Que rehúsa rendirse excepto a su yo más verdadero y a su voz más sabia.

Imagina a una mujer que nombra a sus propios dioses.
Una mujer que imagina lo Divino a su imagen y semejanza.
Que diseña su propia espiritualidad para instruir su vida diaria.

Imagina a una mujer enamorada de su propio cuerpo.
Una mujer que cree que su cuerpo es suficiente, tal como es.
Que celebra los ritmos y ciclos de su cuerpo como un exquisito recurso.

Imagina a una mujer que honra el cuerpo de la Diosa en su propio cuerpo cambiante.
Una mujer que celebra la acumulación de sus años y su sabiduría. Que rehúsa a gastar su preciosa energía en disfrazar los cambios de su cuerpo y de su vida.

Imagina a una mujer que valora a las mujeres de su vida.
Una mujer que se sienta en círculos de mujeres.
A la que se le recuerda su propia verdad cuando ella la olvida.

Imagínate a ti misma como esta mujer.

“Imagina una Mujer” © Patricia Lynn Reilly, 1995
Traducción de Carmen Paz
www.imagineAwoman.com

domingo, 1 de julio de 2012

Cuarenta maneras de divertirse promoviendo la lectura


Cuarenta maneras de divertirse promoviendo la lectura
Adaptación del documento sobre Promoción de Lectura. Departamento de Bibliotecas. Secretaría de Educación y Cultura de Antioquia — SEDUCA—.
1.Leer en voz alta las partes del libro que más le emocionaron.
2. Escribir una carta a uno de los personajes.
3. Hacer un mapa con los sitios donde transcurren los eventos leídos.
4. Diseñar los vestidos de los personajes con base en la época descrita.
5. Inventar otro final para la lectura.
6. Decorar el aula con dibujos sobre lo leído.
7. Argumentar sobre lo que le gustó o disgustó de los personajes.
8. Comparar las ilustraciones con otras similares de lecturas realizadas.
9. Hacer un móvil para ilustrar lo expuesto en la lectura.
10. Montar una función de títeres basada en el libro leído.
11. Componer un acróstico con los nombres de los personajes.
12. Preparar una entrevista con el autor.
13. Organizar una carrera de observación basada en el texto.
14.  Crear una canción que exprese lo más lindo de la lectura.
 15. Variar el diálogo de una de las escenas.
 16. Escribir un artículo para la prensa como si fuese uno de los personajes.
 17. Escribir titulares de prensa sobre los sucesos del libro,
18. Simular ser jurado en un concurso para promover el libro.
19. Ilustrar parte del libro en forma de tira cómica, tebeo, caricatura.
20. Imaginar qué aprendería un extraterrestre con la lectura del libro.
21.Escribir una carta a un amigo contándole sobre el libro.
22. Diseñar una carátula basada en el libro.
23. Dramatizar una parte del libro para que el grupo adivine el texto.
24. Asumir posición como si fuera uno de los personajes,
25. Idear una conversación entre dos personajes del libro.
26. Reseñar el libro para promoverlo en una entrevista.
27. Creerse locutor y entrevistar a uno de los personajes del texto.
28. Diseñar un crucigrama con los nombres de personajes, lugares o eventos del texto.
29. Elaborar una cartelera o cartel para promocionar el texto.
30. Adecuar una exposición de objetos, personas o lugares mencionados en el libro.
31. Conseguir un poema que tenga relación con el tema de la lectura.
32. Crear un juego de palabras basado en el libro.
33. Ordenar cronológicamente los eventos de la lectura.
34. Esculpir la estatua del personaje que le impactó y seleccionar el lugar de exposición.
35. Simular un juicio donde haya acusadores y defensores de los personajes.
36. Elaborar volantes o chapolas para promover el libro en la calle.
37. Imaginar qué haría y dónde viviría el personaje principal actualmente.
38. Extrapolar el tema de la lectura con una anécdota, la vida real, una película.
39. Aparentar ser un vendedor y convencer para que otros compren el libro.
40. Extractar los usos o moralejas ofrecidas en el libro para mejorar la calidad de vida.
".

RETORNO

Retorno
Bárbara

La oscura noche vino,
el alba tornó sonriente,
y por la suave pendiente
que a la felicidad conducía,
mi fe seguía
al camino del amor.

De pronto el tenue fulgor
de la alborada naciente.
detuve mi paso incosciente,
con temor...
porque percibí tu rumor.

Y era tu amor en acecho,
que lanzó su dardo sobre mi pecho,
y viendo mi angustia,
se retiró en silencio,
mientras te reías.

En mi camino de amor,
gemí con honda amargura.
Mi antigua prisión era mas segura,
aunque triste , era mil veces mejor!

Y bajando mi frente
con paso lento y cansado
lágrimas limpiaban mi alma
Volvía cansada a mi vieja mansión
Volvía a mi despoblado corazón

Autobiografía del estudiante lector


Autobiografía del estudiante lector

1. ¿Para qué le sirve la lectura?
2.  ¿Qué significa para usted la lectura?
3. ¿Cuáles son sus hábitos de lectura?
4. ¿Cuáles son sus debilidades con respecto a la lectura? ¿Cómo las superaría?
5. ¿Como lector, ¿qué nota numérica se asignaría en una escala de 1 a 5?
6. ¿Qué libros ha leído por iniciativa propia?
7.¿Qué huellas imborrables le ha dejado alguna lectura?
8. ¿Qué personas han influido en su proceso de lectura?
9. ¿Qué libro está leyendo actualmente?
10. ¿Cuáles son los temas preferidos al seleccionar un texto?
11. ¿Cuál autor lee con frecuencia?
12. ¿Cuáles son sus fortalezas con respecto a la lectura?
13. Cuando lee un texto, ¿interactúa con los personajes y hace parte de los escenarios? Explique su respuesta
14. ¿Qué estrategias o métodos de lectura utiliza para la comprensión de un texto?
15.¿Conoce alguna biblioteca y cuál ha visitado por iniciativa propia?
16.Si escribiera la historia de su vida, ¿cómo la titularía?
17 ¿Qué lugar ocupan en su proceso lector el chat, el correo electrónico, el graffiti, las tiras cómicas y la internet?
18. ¿Cuáles son sus propósitos al leer un libro?
19. ¿Qué tipos de lectura conoce?
20. ¿Considera que la lectura es importante para la vida universitaria? ¿Por qué?

LA NOCHE DE LOS FEOS


La noche de los feos[Cuento. Texto completo]Mario Benedetti
1Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.

Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.

Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.

Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura.

Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal.

Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.

La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.

La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo.

Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo.

"¿Qué está pensando?", pregunté.

Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma.

"Un lugar común", dijo. "Tal para cual".

Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo.

"Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?"

"Sí", dijo, todavía mirándome.

"Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida."

"Sí."

Por primera vez no pudo sostener mi mirada.

"Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo."

"¿Algo cómo qué?"

"Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad."

Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas.

"Prométame no tomarme como un chiflado."

"Prometo."
"La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?"
"No."
"¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"

Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata.

"Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."

Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico.

"Vamos", dijo.


2
No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.

Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron.

En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso.

Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.

Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.

Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble.

FIN