Un
cuento es una composición literaria breve, pensada para ser leída de una sola
vez, que se estructura básicamente mediante un esquema que se resume en: Introducción,
Desarrollo y Desenlace. Los principios esenciales del arte de escribir cuentos,
son:
1.
Tema e Idea
El
tema es de lo que trata el cuento. La capacidad para ubicar el tema para un
cuento, es parte esencial del oficio del escritor. El tema debe ser universal
para lo cual debe tratar sobre aspectos que toquen la esencia de la vida
humana, puesto que humanos serán quienes vayan a leer ese cuento. Si bien el tema
puede ser local o personal, debe tener un valor intrínseco que lo universalice.
Los grandes temas de la Literatura han sido el amor, la muerte, el heroísmo,
los celos, la traición, la venganza. García Márquez los resume en los dos
primeros: el amor y la muerte.
Un
tema puede ser tratado desde diferentes Ideas. Por ejemplo puede
hablarse de la muerte narrando una hecatombe nuclear, o desde la relación de la
enfermedad y muerte de una mascota. La idea escogida por el autor para tratar
un tema tiene que ver con la intensión que persiga: denuncia social, romanticismo,
drama... etc.
2.
Anécdota base y Argumento
La
habilidad del cuentista inicia al escoger el hecho o la anécdota base que pueda
ser tema para un cuento. La anécdota en sí misma no sirve. Un hombre sale de
su casa y se dirige al trabajo es, por ejemplo, una anécdota o un hecho
base que no presenta muchas posibilidades. Si este hombre en ese breve y
habitual trecho de su vida cotidiana perdiera la memoria, la anécdota base se
convierte en un tema: la identidad.
La
anécdota base se convierte entonces en Argumento y su desarrollo permite
que tome forma el tema y la idea inicial. Escoger argumentos rebuscados o
provenientes del fantasear sin imaginación, conduce a la escritura de
cuentos que no le dicen nada al lector, que le son completamente ajenos, que
son solamente ejercicios del lenguaje pero no “tocan” a quien los lee.
Si
bien un cuento se debe centrar en narrar un hecho, en su desarrollo argumental
es necesario que se construya una historia secreta con lo no-dicho, con lo que
se alude, tal y como lo expone Ernest Hemingway en su teoría del iceberg:
el cuentista excelente apenas deja ver la punta de la montaña que subyace en lo
más recóndito del cuento que narra. Casa tomada, el cuento de Julio
Cortázar, es un buen ejemplo de esta teoría.
3.
La Trama
Trama,
en el sentido de urdimbre, es en un cuento el cruce de hechos y personajes en
una línea de tiempo. Un personaje encarna una acción y la realiza en un tiempo
y un espacio determinados. Con esto y con el accionar de los demás personajes
se teje la trama. El cuentista debe desarrollar la trama de su cuento de manera
natural, proporcionando al lector la información necesaria para comprender la
historia que se le está contando.
Una
forma clásica de la trama es: un personaje quiere algo (se crea una necesidad),
lo persigue a pesar de los posibles obstáculos (se genera tensión) y al final
consigue su propósito o fracasa (se da un desenlace).
4.
Los Personajes
Los
personajes son quienes encarnan la acción. Pueden ser personas, animales, cosas
e incluso ideas o abstracciones. En Pinocho, la novela de Carlo Collodi,
el personaje es un muñeco de madera; en La metamorfosis, de Franz
Kafka, es un hombre convertido en insecto; en Pedro Páramo, de Juan
Rulfo, los personajes son voces de gente muerta; o en Carta a una señorita
en París, el cuento de Julio Cortázar, el personaje es un hombre que vomita
conejitos.
Se
aconseja al cuentista que comienza que se ejercite en el arte de convertir
personas reales en personajes. Es mejor caracterizar un personaje que se está
viendo en la realidad, que se conoce, que uno imaginario.
Construidos
los personajes, el cuentista habrá de convertirse en señor de sus criaturas.
Habrá de gobernarlas y conducirlas a que hagan lo que él espera que hagan,
ya que el cuento no permite disgresiones. En la medida en que la voluntad del
cuentista predomine sobre sus personajes la historia que narra tomará ritmo,
tensión e intensidad.
5.
El Narrador
El
narrador es quien cuenta el cuento. No debe confundirse con el autor que es la
persona real que crea la historia. El narrador es un ente de la ficción que se
encarga de contar la historia. Este aspecto es quizá el más importante para un
cuentista. Elegir el narrador correcto puede salvar un tema, una idea, un argumento
o una trama poco interesantes, y viceversa: elegir al narrador inadecuado
“mata” la mejor historia que haya concebido un autor.
5.1.
Persona gramatical: un cuento puede ser narrado en tercera
persona, en cuyo caso se habla de un narrador omnisciente (Ej. El niño se baña
en la piscina). En segunda persona (Ej. Te bañas en la piscina). O en primera
persona (Ej. Me baño en la piscina). El narrador en primera persona es simultáneamente
personaje, no así los contados en segunda y tercera persona gramatical.
5.2.
El Ancla: se llama ancla al momento escogido para
contar los hechos. Un mismo acontecimiento, aun cuando lo refiera el mismo
narrador, tendrá matices diferentes si es narrado cuando sucede, antes de
suceder, o tiempo después de sucedido. Según en donde se ponga el ancla el
cuento será uno u otro.
5.3.
El Punto de vista: se refiere a la perspectiva desde
donde habla el narrador. De allí se desprende la posición ideológica,
religiosa, social, política... etc., del autor.
TALLER
4. Narrar una historia en las tres personas
gramaticales, posteriormente compararlas y decidir cuál de ellas se acomoda
mejor a lo que desea el autor.
6.
El Cronotopo (Tiempo y Espacio narrativo)
De
preferencia el tiempo en el cuento debe ser corto y concentrado, ya que
corresponde al hecho narrado y debe limitarse a seguir las principales líneas
de la acción.
El
tiempo también relaciona la época en la cual suceden los hechos. ¿Es el tiempo
presente? ¿El futuro? ¿El pasado? Así mismo hace referencia al tiempo
atmosférico: ¿Es de día, de noche, llueve, hace sol...?
El
espacio narrativo es el lugar en donde se desarrollan las acciones. ¿Es un
espacio rural o urbano? ¿Es un espacio
abierto, un parque por ejemplo? ¿O es un espacio cerrado, el cuarto de un hotel
por ejemplo? ¿Los hechos están sucediendo en el fondo del mar, en la Luna, en
el Infierno, en el Cielo...?
TALLER
5. Tomar un cuento clásico (Caperucita roja, La
bella durmiente...etc) y reescribirlo cambiándole el tiempo y/o el espacio
narrativo. ¿Cómo sería el cuento de Caperucita en el Siglo XXI? ¿Qué pasa si la
Bella Durmiente se despierta en el año 3000 en el planeta Marte?
7.
La Atmósfera (Tono y Ritmo)
Edgar
Allan Poe, uno de los padres del cuento clásico, debe mucho de su arte genial a
su capacidad para crear atmósferas. La atmósfera del cuento es lo que lleva al
lector a sentir miedo, tensión, hilaridad o desagrado, entre otras múltiples
sensaciones que dependen de las intenciones del autor.
El
narrador es quien le da el tono al cuento. Si se expresa irónicamente no será
lo mismo que si lo hace con bondad, o viceversa. El narrador a través del tono
que utiliza transmite al lector una u otra sensación y caracterizará en forma
diferente a los personajes. Así, puede decirse que el tono es, en resumen, la
actitud emocional que el narrador mantiene hacia el argumento y hacia los
protagonistas, modificando la historia según lo que pretenda el autor.
El
ritmo tiene que ver con la forma en que el autor plantea el desarrollo de las
acciones. El cuento debe comenzar interesando al lector. En un buen cuento la
primera frase determina el ritmo y la tensión de toda la narración. El ritmo
permite que el lector vaya de principio al final del texto sin perder interés.
Horacio
Quiroga, cuentista genial, decía que un cuento debe ser como una flecha
disparada hacia un blanco. Cortázar lo definió como el golpe definitivo y
fulminante que un boxeador da a su contrincante.
Estas
definiciones se fundamentan, entre otras cosas, en el ritmo e intensidad que
debe tener un cuento.
8.
El Estilo
Un
artista, en general, lo es porque ha logrado un estilo que permite que lo
diferencien de los demás.
Así
mismo un escritor. El realismo mágico de García Márquez, por ejemplo, es
reconocible aun cuando no lo escriba él.
Estilo
es el modo particular de hacer algo, para el caso, el modo de escribir que
caracteriza a un autor, su sello personal, su marca. Ese debe ser el objetivo
del cuentista que comienza: alejarse de las imitaciones y del plagio, y buscar
su propia voz, aquella que lo distinga y lo legitime entre la multitud de sus
pares.
BIBLIOGRAFÍA
·
BOTERO, Rafael. Los trabajos de Penélope. Una aproximación a la literatura.
Fondo Editorial
Universidad
EAFIT. Medellín, 2004.
·
BURGUERA, María Luisa. Textos clásicos de la teoría de la Literatura. Editorial
Cátedra. Madrid,
2004.
·
JOLIBERT, Josette. Formar niños lectores y productores de poemas
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